Tengo un problema. Puede ser grave, aún no lo es -creo- pero podría serlo.
Mi problema es que me creo que si esquivo las cosas desagradables y no las nombro, no pasan o no están ahí.
Ejemplos sobran: no me gusta ir al médico para que no me mande a hacer análisis y me haga dejar de consumir algo que me gusta o dejar de fumar; aún sabiendo que puedo llegar a ser diabética, algún día, por herencia, no quiero saberlo ahora... para no tener que dejar de fumar, claro. Paradójicamente estas cosas se relacionan con la salud casi siempre y sé que soy una irreponsable pero además de eso soy muy muy cobarde.
El último acto de irresponsabilidad, cobardía y estupidez que cometí empezó hace unas semanas, cuando todo mi cuerpo me dio señales de estar esperando a mi amiga de todos los meses. Pero mi amiga no vino ese día, ni al siguiente, ni a la semana. Y me asusté. Me asusté de verdad, creo que nunca estuve tanto tiempo preocupada y guardandome un "secreto" que no me dejaba dormir.
Ahí apliqué estúpidamente mi estrategia de no-hacer y no-decir para que no-sea. ¿Para qué? No iba a evitar que me creciera la panza si no me hacía un test de embarazo o iba al médico, o al menos le comunicaba a M que existía la posibilidad de convertirse en padre en los próximos meses. No, nada. Me hice la boluda (bueno, eso intenté) los días siguientes, como si no pasara nada, mientras a mi alrededor se multiplicaban los bebés y las embarazadas... ¡de repente todas son madres!
El sábado pasado le di un ultimátum a mi cuerpo: solamente para seguir postergando la desagradable revelación le di hasta el lunes a la noche para manifestarse como debería, de lo contrario, compraría un test de embarazo para despejar cualquier duda y que sea lo que "dios" quiera. Por suerte mi cuerpo me quiere más de lo que yo pensaba porque se asustó con mi amenaza y m aseguró que todos mis miedos no fueron más que una falsísima alarma.
3.3.09
23.2.09
Ciega a citas
Hace poco me descubrí queriendo ocupar un lugar que siempre odié: el de la celestina. Cuando estaba sola siempre me molestaba que los demás estuvieran todo el tiempo buscándome pareja y hace unos días pensé en decirle a M que podríamos presentarle un amigo suyo a mi amiga I. Gravísimo error. No le dije nada.
El asunto más importante en todo esto es que yo me cansé de ver mal a I. Es mi amiga y la quiero. No creo que todos los problemas de la vida se solucionen con un hombre, pero muchos de los suyos claramente sí lo harían.
No quiero hacerme la superada pero yo sé lo que siente porque yo estuve ahí. Hasta hace unos meses ella y yo eramos la dupla solterona de todo el grupo de amigas y M apareció en mi vida. No es culpa suya, ni mía ni de nadie. Yo simplemente quiero ayudarla porque la conozco y sé como se siente.
Cuando estás soltera y ves cómo la mitad de tus amigas está de novia y las otras están en algo o salen todos los fines de semana con un tipo diferente, te sentís mal. Te sentís una mierda, para ser más directa. Porque, al ver eso, lo único que hacés es preguntarte qué será lo que estás haciendo mal para que nadie te mire, por qué no podés tener una vida sentimentalmente normal como el resto de las mujeres. Es horrible, yo lo sé.
Y ahora mi problema es que yo quiero ayudar a I a salir de eso pero no sé cómo hacerlo, sin caer en eso tan incómodo de presentarle a un amigo de mi novio y que las cosas no funcionen.
Publicado por Strawberry a las 15:44 3 comentarios
Etiquetas: Amigas, Cotidianeidades, M
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Hoy es el día
Hablando de bueyes perdidos por teléfono le di un ultimatum (pero al revés): hoy cocino yo.
Es hora, me toca, no puedo escaparme más. Cuatro meses de relación, quién sabe cuántas visitas a mi casa y nunca nada. Nada o delivery.
Hoy se interrume (porque tampoco vamos a ser tan extremistas de terminarlo) y cocino algo de verdad, nada de picadas. Puedo quedar al descubierto o ser un éxito, eso me da un poco de miedo pero me arriesgo porque él sabe perfectamente que no me gusta cocinar... en los resultados puede estar la evidencia.
Publicado por Strawberry a las 16:24 2 comentarios
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Frivolidades
Estos días tengo poco trabajo (aunque muchas más responsabilidades que antes) y ocupo todo mi tiempo libre en navegar por internet. Así llegué, no sé cómo, a páginas de decoración llenas de imagenes de ambientes calidos y preciosos que me hacen pensar que mi casa necesita una renovación urgente.
Para empezar, hace unos días me compré flores. Ya que M no me regala ninguna, me compré un ramo en la calle y lo puse en un florero de vidrio que nunca había usado hasta entonces. Es algo. Ahora lo que queda es todo lo demás. Me cansé de ver esa mesa descolorida, el mueble lleno de adornos viejos y feos, las pintadas desprolijamente adolescentes en la pared... así no se puede.
El primer paso va a ser ir al centro (de mi barrio, claro, no me verán por Florida comprando chucherías) y comprarme un par de cosas artesanales para decorar. En cuanto me desocupe, pienso reciclar esa mesa horrible que tengo en un rincón y la biblioteca-mueble multiuso; a ver si puedo sacarle unos billetes y comprarme una nueva y más linda.
Frivolidades que se me ocurren cuando llueve...
Publicado por Strawberry a las 13:36 3 comentarios
Etiquetas: Cotidianeidades, Trabajo
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Iba a pasar
Desde el primer dia sospeché que las paredes de mi edificio eran de papel. Lo reafirmé un par de veces cuando escuché voces en el pasillo, perros de otros departamentos ladrando, los ruidos del ascensor o abrir y cerrar de puertas. Un tiempo después se mudarme se ocupó el departamento de arriba y supuse que los techos podrían ser de cartón también o mis vecinos arrastran, caminan y tiran las cosas al piso muy fuerte.
Hasta ahí todo normal. Nada que fuera digno de salir con la escoba a los gritos para que bajen la música o dejen de hacer ruido. No lo haría tampoco, por supuesto. Y hablando de eso, una cosa que me llama sumamente la atención es que cuando abro la puerta de mi departamento se escucha un recital en vivo en el de enfrente y cuando la cierro, ni noticias. Genial.
El caso es que yo creí que todo andaba bien, que los ruidos que yo escuchaba sonaban como bombas de estruendo dentro del correspondiente departamento y que por eso llegaban a mis oídos. Hasta hace unos días a la noche. ¿Vieron cuando están en ese estado previo al sueño profundo, que se despiertan hasta con el más mínimo zumbido? Bueno, a mi lo que me despertó fue un golpe en mi techo, seguido de varios más. Cuando me reincorporé y me puse a prestar atención me di cuenta que esos golpes eran nada más y nada menos que los del movimiento de una cama.
Con un poco más de atención pude escuchar unos gemidos femeninos que me dejaron pasmada. O mi vecina es una exagerada o de verdad las paredes son de papel. No, no me escandaliza que haya gente teniendo sexo en el edificio, todos hacemos eso. Lo que me avergüenza, ahora, es confirmar que ¡se escucha todo! ¡Y mi cama está pegada a la ventana!
Creo que no tengo que aclarar que en verano no se puede cerrar la ventana ¿no?
Publicado por Strawberry a las 12:20 2 comentarios
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San Valentín sucks
Una vez más se viene el festejo más careta y meloso del año.
Una vez más expreso mi repudio a esta celebración, aún estando en pareja. Porque claro, cuando una está sola despotrica contra el mundo y los enamorados por la falta de afecto o romanticismo -como quieran- en su vida y así todo vale y todo es sencillo. El rechazo parecería tener justificación en el hecho de ser una pobre desgraciada que se consuela con helado. Yo no lo creo así, dirán lo que quieran.
Este año el catorce de ferbero es sábado. Mi plan súper maravilloso y romántico es ir a tomar algo como cualquier otro día. A menos que él esté ocupado y salga algo mejor con mis amigas.
Publicado por Strawberry a las 10:39 8 comentarios
Etiquetas: Cotidianeidades
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¡Se agredece!
Al final la picada fue un éxito con pocas cosas. Seguí sus consejos y agregué un par de ingredientes y no falló nada de nada.
Ahora ya sé dónde pedir consejos culinarios después de mi mamá y mi abuela. Muchas gracias!
Publicado por Strawberry a las 12:28 0 comentarios
Etiquetas: Cocina, Cotidianeidades
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El amanecer de los muertos
La magia de Facebook insiste en molestarme.
El hombre que más me defraudó, más me hizo llorar y al que, paradójicamente, más rápido olvidé, reapareció en forma de solicitud de amistad. Y yo lo acepté, claro, porque soy curiosa. Porque quiero saber qué hace, qué fue de su vida, si progresó en algo, si se modificaron sus estructuras de alguna forma, todo eso.
El caso es que no me hacía llorar porque estuviera perdidamente enamorada de él sino solamente porque quería pasar un rato agradable con él y él era un idiota que me daba todas las señales y después arrugaba. Obviamente yo lo superaba ampliamente, sólo por dejarme enroscar. Pero ya pasó.
Lo acepté un poco por curiosidad, como ya dije, pero más por lástima. Ni siquiera cortesía: sencillamente fue lástima porque no nos debemos nada mutuamente. Al menos dos segundos después no me arrepentí -como supuse que pasaría- cuando me dio las gracias por chat y me pidió que lo guiara un poco porque acababa de crearse la cuenta y no entendía nada. Para colmo, yo era su única amiga: la buena samaritana.
Entre explicación y explicación de cómo hacer tal o cual cosa me preguntó cómo andaba, qué era de mi vida y si seguía saliendo a los lugares por donde nos conocimos. Keyword: saliendo. Lo conocí a los diecisiete años, el tema de las salidas y a dónde vas a bailar era recurrente y me molestaba sólo un poco, ahora sencillamente me rompe las pelotas. Principalmente porque evidencia que, a pesar de ser más chica, la única que creció en tantos años fui yo y eso me apena tanto por él.
Claro que después de eso venía la pregunta del millón, aquella que, si se hiciera famoso por algo, sería su cliché personal: ¿estás de novia?. Le dije que sí obviamente, no tengo ni la más mínima intención de mentirle ni de volver a intentar algo con él. De todas formas tendría que estar muy mal de la cabeza para cambiar a M. por él y hasta ahora creo que no tengo ningún problema mental.
Un par de bla bla bla más, me dijo que el también está de novio, le dije que qué bueno (la verdad, no me interesa, querido) me dijo que no entendía Facebook y le dije que no era tan difícil y chau, me tengo que ir. Fin de la charla. A pesar de todo no puedo evitar que me caiga un poquitito bien, así que lo dejo que seamos "amigos" en Facebook, al menos hasta que haga algo que me obligue a hacer uso del bonito "Eliminar amigo"
Publicado por Strawberry a las 11:58 3 comentarios
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Mi mamá me puso Strawberry
Hay una cosa que no tolero y me hace reventar de la bronca y es que me cambien el nombre por un adjetivo "cariñoso". Linda, bombón, bebé... ni a M. lo dejo que me llame así (igual nunca me llamaría de una forma tan horrible, lo sé)
Aún peor que eso está el genérico y universal negri.
"Qué hacés, negri"
Me saca, sencillamente. Me parece tan falso. Porque para colmo, el negri va a compañado de una sonrisita de cotillón insoportable. Nadie dice negri con cara de culo. Nadie te dice negri cuando está enojado. Además de eso, pone en evidencia al emisor: no sabe tu nombre y eso es aún peor.
Si no sabés mi nombre preguntamelo y listo, pero no me digas negri que me sacás.
¿Es un mambo mío o a los demás les pasa lo mismo?
Publicado por Strawberry a las 10:03 4 comentarios
Etiquetas: El habla, Sentido común
Artigos Relacionados:30.1.09
Ingredientes para una buena picada
Necesito ayuda con esto. Para una persona padre-dependiente cuando de picadas o similares se trata, pensarlo sola es demasiado. Estoy intentando hacer algo medianamente presentable -y económico, claro está- para agasajar a M que me vive reprochando que nunca le cocino nada.
Aunque preparar una picada no es, técnicamente, cocinar, quiero demostrarle que sí me interesa y que conmigo no va a comer eternamente palitos y papas fritas Lays. Puede haber cosas más elaboradas como pizzas, empanadas y alguna que otra cosa que pueda traer el delivery en media hora.
Así que no que necesito es que me ayuden con esto. Ya sé que no puede faltar jamón, queso, salame o salamín, pan, algo para untar, algo para ser untado, cerveza negra y aceitunas (poquitas porque a mi no me gustan así que son solamente para él). Lo que me quita el sueño es si el fiambre va en cubitos o en fetas, si arriesgarme a comprar pickles, que a él no le gusten y tener que ahogarme en vinagre la semana siguiente (lo ideal sería preguntarle si le gustan, lo sé)
Espero ansiosa sus propuestas porque, aunque lo que se me ocurrió no es poco, siento que estoy en Pampa y la vía con este temita. No dejo de imaginarme la tabla llena de cubitos de mortadela y me sacan las ganas.
Publicado por Strawberry a las 09:56 6 comentarios
Etiquetas: Cocina, Cotidianeidades
Artigos Relacionados:28.1.09
Permitido contar
Hay algo que me está dando vueltas en la cabeza desde hace rato y hoy, gracias a una nota del sitio Zona Cinemanía puedo plasmarlo acá para que los lectores me ayuden. Siempre me pregunté cuál es el máximo de tiempo transcurrido entre el estreno de una película y el momento en el que se puede hablar tranquilamente del final en "público" aunque algún concurrente no haya visto la mencionada película.
A veces damos por hecho que esa película de la que estamos hablando la vio todo el mundo pero no siempre es así y fui víctima de ese prejucio un par de veces. Comentaron en frente de mi películas que no había visto y realmente las arruinaron. Con la que más bronca me dio fue con Una mente brillante. No la terminé de ver nunca porque siempre me resultó un poco aburrida y creo que la enganchaba en los peores momentos pero no por eso tenían que contarme el final. Nunca la vi después de eso, creo que ya no quiero.
Igualmente hay películas que se conocen tanto por todos que ni hace falta verlas. ¿Se puede hablar del final de Sexto Sentido en público? ¿El de Esperando la Carroza? ¿No son películas que sí debería haber visto todo el mundo?
Publicado por Strawberry a las 11:02 4 comentarios
Etiquetas: Películas, Sentido común
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Cuando el piloto automático falla
¿Nunca les pasó de quedarse tarados ante una función de lo más natural?
Hace poco llegué a la conclusión que cuanto más incorporado tenemos un hábito, más difícil se pone pensarlo. Por ejemplo: abrir las canillas. Todos sabemos cuál es cuál y para qué lado se abren y se cierran. Pero más de una vez me pasó que me detuve a pensarlo y no supe qué hacer.
Como uno de los últimos días de tanto calor, mientras me duchaba, quise cerrar un poco el agua caliente y, por pensar bien para qué lado era y no correr el riesgo de quemarme, no supe qué hacer por unos segundos. Lo mismo me pasa cuando alguien, por alguna razón muy misteriosa, me pregunta qué canilla es la del agua fría y cuál la del agua caliente ¡es algo tan obvio que si lo pienso no lo sé!
Esto también aplica a las puertas, las cerraduras, las ventanas, etc. ¿Para qué lado abrimos cada una?
¿No les pasa a ustedes también?
Publicado por Strawberry a las 08:56 5 comentarios
Etiquetas: Cotidianeidades
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De vuelta
Ante todo aviso que el faltazo no fue intencional. A unos temas personales que me mantuvieron alejada de la web (nada grave) se le sumaron las vacaciones que disfruté hasta hace unos días. Ayer volví directamente a trabajar y, como era de esperar, me quise matar.
La playa y la noche casi me dejan de cama pero feliz. Lamentablemente tengo un bronceado muy leve gracias a mi piel espantosamente blanca, pero no debería quejarme tanto porque de todas formas la pasé muy bien.
Confirmé, una vez más, algo que siempre afirmé sobre el comportamiento del macho en celo:
1- en la costa (o cualquier otro lugar vacacionero) los tipos enloquecen, no importa lo que pase acá, quién seas o qué pretendas de ellos: allá lo único que quieren es llevarte a su casa. Claro, la mayoría vive con sus padres todo el año y la semana con amigos es de desconche total;
2- cuanto más insistas en que tenés novio y sos la más fiel del mundo, más flacos te van a querer dar. Sabiendo que sos un bagayo y todo. Con o sin novio podés seguir siendo igual de fea pero el tipo se excita si le decís que estás comprometida. Puede funcionar como estrategia pero cuando estás sola, el número de hombres que se te acerca a querer comerte disminuye considerablemente porque tienen una especie de olfato especial para las minas que-no-van.
Además de eso tengo una pila así de anécdotas divertidas que serán contadas en su debido momento.
Publicado por Strawberry a las 14:17 3 comentarios
Etiquetas: Vacaciones
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